La afirmación la hizo el Gobernador del Magdalena durante un conversatorio realizado para lanzar un diplomado sobre medio ambiente.
El Plan de Desarrollo Departamental ‘Magdalena Renace’ es la apuesta para la transformación del territorio a través de cuatro grandes revoluciones y una de ellas es la ambiental que busca la conservación de los recursos hídricos y la biodiversidad, el cambio en la gestión del riesgo y la resiliencia, el hábitat y los servicios públicos
Así lo manifestó el Gobernador del Magdalena, Carlos Caicedo, para dar por sentado la importancia que tiene el medio ambiente en su Plan Departamental de Desarrollo.
Lo hizo en el marco del conversatorio virtual ‘La degradación ecológica y las crisis sanitarias: lecciones desde la educación ambiental. Protección al ambiente para proteger las sociedades humanas’, en el lanzamiento del diplomado ‘Cultura y Protección Ambiental desde la participación comunitaria’, que será dictado por el Departamento Administrativo Distrital de Sostenibilidad Ambiental (Dadsa) y la Universidad Antonio Nariño.
“Nuestra apuesta ambiental se funda por un lado en el renacimiento en torno al agua y la naturaleza y esto se concreta en los programas cambio por los recursos hídricos y la biodiversidad y cambio en la gestión del riesgo y la resiliencia y por otro lado el hábitat porque el ser humano se sitúa en todo el territorio”, expresó Caicedo.
El mandatario aseguró que se debe buscar una relación menos violenta del hombre con los ecosistemas. “Eso supone la superación de la pobreza porque los ecosistemas sufren la presión del hombre en el uso de diversos recursos porque hay todo tipo de carencias. El ser humano carece del acceso a la tierra, solo unos pocos tienen grandes extensiones de tierra, unos pocos controlan el agua que debe ser para todos”, dijo.
Insistió en que los páramos, la Sierra Nevada de Santa Marta y la Ciénaga Grande de Santa Marta deben ser declarados Patrimonio Natural de la Humanidad. “Esa declaratoria protege y va a implicar unas nuevas apuestas con relación al turismo de naturaleza, una agricultura con prácticas orgánicas y sostenibles, un aprovechamiento más adecuado del agua y el pago de servicios ambientales por parte de los distintos sectores económicos”, anotó Caicedo.
En el conversatorio también participaron como panelistas el vicepresidente de Conservación Internacional Colombia, Fabio Arjona y el director del Grupo Biosfera – Investigación de Futuros, Erick Pajares.
Arjona habló sobre el trabajo que vienen haciendo en la Isla de Salamanca para el fortalecimiento de las comunidades pesqueras a través del encadenamiento productivo, la lucha contra el uso del plástico y el apoyo a la formulación e implementación del Global Environment Facility con relación al proyecto de la doble calzada Ciénaga – Barranquilla para analizar infraestructuras que disminuyan las afectaciones a la Ciénaga Grande de Santa Marta.
Por su parte, Pajares dijo que el diplomado del Dadsa es una manera de involucrar a la comunidad en la situación crítica que está atravesando el planeta y América Latina en términos de las crisis ambientales por la pérdida de biodiversidad, la desertificación y el cambio climático.