El informe técnico y el concepto de varios profesionales consideran que es imposible que dentro de productos enlatados se puedan desarrollar larvas que alteren la calidad del producto en conserva.
La coordinación del Programa de Alimentación Escolar -PAE- en el Distrito presentó un informe técnico con los resultados de la investigación que efectuó a raíz de las denuncias sobre presunto mal estado de algunas raciones de atún que se entregaron a los beneficiarios de la IED El Pando.
El mencionado informe concluyó que el producto Lomitos de Atún en Agua o Aceite que está entregando el PAE en la ciudad de Santa Marta cumple con las condiciones para que sean aptas para el consumo humano y no es posible que existan huevos de larvas o larvas de insectos, ya que es un producto categorizado como alimento en conserva, lo cual tiene características que eliminan y evitan el desarrollo de organismos o microorganismos.
“Un alimento en conserva posee características que eliminan los factores que requiere un organismo para su desarrollo y crecimiento: Contiene un líquido de gobierno que favorece la conservación con una salmuera, donde la fuerza iónica evita el crecimiento y desarrollo de un amplio espectro de microorganismos”, señala el informe técnico realizado por la coordinación del PAE.
Se explicó que otro líquido de gobierno que se utiliza es el aceite, el cual afecta considerablemente la actividad de agua y el oxígeno disponible en el alimento; adicionalmente, el producto es expuesto a altas temperaturas en dos momentos; antes de sellar la lata, al menos 1 hora a 80 grados centígrados y después de sellado que es la esterilización, mínimo 1 hora a una temperatura entre 115 y 120°C a 12 psi.
Agrega el informe que “Otro factor es la ausencia total de oxígeno, característica que se presenta posterior a la primera exposición de altas temperaturas cuando se procede a sellar el envase y al enfriarse se crea una característica de succión interna y vacío, generando la ausencia de oxígeno. Por último, está la hermeticidad en la lata, que permite que todo el proceso que le fue realizado al alimento no se altere por factores externos”, condiciones con las que cumplen los productos y que descartan la presencia de organismos y microorganismos que hayan alterado la calidad del atún que fue entregado a los estudiantes.
OPINIÓN DE EXPERTOS
De igual manera, se consultó a expertos profesionales en campos como la ingeniería de alimentos, la ingeniería pesquera y la biología marina, entre otros, quienes coinciden en afirmar que es prácticamente imposible que dentro de enlatados se den las condiciones para que se desarrollen organismos que faciliten la descomposición del producto.
Uno de los consultados es Amarildo Arrieta, ingeniero pesquero, especialista en supervisión y buenas prácticas de manufactura, encargado de dictar cursos de manipulación de alimentos, quien conceptuó: “Las latas de atún tienen un proceso de esterilización que son sometidas a altas temperaturas y no tendría por qué haber gusanos vivos en ella. Para que esto ocurra, la lata tuvo que haber sido abierta al ambiente por un determinado tiempo”.
Por su parte, la ingeniera Onelys Jiménez indicó que “Según lo que se conoce del ciclo de vida de estos organismos podemos argumentar que los individuos más pequeños tendrían uno o dos días de desarrollo y los de mayor talla tendrían una semana, lo que no coincide con la fecha de envase del producto, el cual data de abril de 2020, para esta fecha los organismos allí existentes ya habrían superado la talla adulta, la cual se completa en aproximadamente 12 a 15 días, por lo que la fecha de sellamiento del producto no concuerda con la talla de los individuos que se supone estaban allí en el momento de su almacenamiento. En el caso hipotético de que una mosca doméstica hubiese depositado sus larvas allí, habría dejado entre 200 y mil huevos y se hubiesen encontrado individuos de tallas más grandes”.
Ante estos resultados, la coordinadora del PAE Distrital, Nizay Cuesta Benítez, entrega un categórico parte de tranquilidad a los beneficiarios del programa sobre el estado de los productos que se suministran con la canasta alimentaria para los niños, niñas, adolescentes y jóvenes de las instituciones educativas, los cuales son sometidos a estricta supervisión durante los procesos de entrega.