Los familiares aún viven el duelo de recordar que sus pequeños fallecieron calcinados.
Hoy en medio de los sentimientos de tristeza, los padres de los 33 niños que fallecieron en aquel fatal accidente en donde un bus se incendió al parecer por un cortocircuito, lloran al recordar que ya sus pequeños angelitos no están con vida.
Son ocho años en los que los familiares han lidiado con el abandono de un estado, que les prometió no abandonar a las víctimas, pero pasado los días y los meses se convirtieron en una tragedia más por recordar.
Cada 18 de mayo es una fecha que para las habitantes de Fundación es difícil de recordar, pues aquel domingo del 2014, un viejo bus escolar donde viajaban más 50 eran niños de corta edad, se prendió en llamas por un cortocircuito ocasionando la muerte de 33 menores y un adulto.
Es preciso recordar que la tragedia ocurrió cuando los pequeños viajan de la Iglesia Pentecostal de Fundación hacía sus casas después de participar de un culto dominical.
Durante estos años las autoridades han adelantado procesos contra los responsable del accidente, entre ellos el pastor evangélico Manuel Salvador Ibarra, quien permaneció recluido por más de tres años en la Cárcel Modelo, de Barranquilla, pero recobró su libertad a finales del año 2017.
Sin embargo, en mayo del año anterior por infecciones respiratorias asociadas al Covid-19, en una clínica privada de Barranquilla.