En un trabajo conjunto, la Alma Mater y otras universidades hallan un grupo de anfibios exclusivos del macizo montañoso, tras ocho años de investigación.
La Universidad del Magdalena participó en el descubrimiento de Serranobatrachus, un género de ranas de lluvia endémicas de la Sierra Nevada de Santa Marta que se convierte en un importante resultado para la ciencia en el mundo.
En esta iniciativa científica entre la Alma Mater y otras universidades de Colombia, colaboró el doctor Luis Alberto Rueda Solano, docente e investigador de la Facultad de Ciencias Básicas de UNIMAGDALENA que lidera el área de Herpetología y comportamiento animal.
De Pristimantis a Serranobatrachus
Según el científico, tras ocho años de análisis filogenéticos y morfológicos, así como de historia natural, se concluyó que las ranas identificadas anteriormente como Pristimantis, en realidad pertenecen a un nuevo género al que llamaron Serranobatrachus.
“Ahora tenemos siete especies endémicas dentro del género y aún muchas especies nuevas por describir”, apuntó el científico Luis Alberto Rueda Solano.
Es preciso resaltar que esta denominación proviene de Serrano, que quiere decir “nacido en la Sierra Nevada”, y Batracus, que significa “rana”. Fue otorgado así por los investigadores en honor a indígenas y campesinos que habitan en el macizo montañoso de Santa Marta.
Únicas: sin etapa de renacuajo
Estas ranas de lluvia tienen un desarrollo directo, lo que significa que se distingue de las demás porque no pasan por la etapa de renacuajos. Además, tienen características internas que permitieron reconocer que se trataba de un nuevo grupo de anfibios.
Aunque se trata de un género no muy llamativo, agrupa una gran variedad de especies distintas entre sí. Algunas son carilargas y otras carichatas, y de tamaño no mayor a seis centímetros. Las más pequeñas pueden medir como una moneda de 50 pesos.
La Sierra: centro de endemismo
“Este descubrimiento nos permitió saber que Serranobatrachus es un género endémico de la Sierra Nevada de Santa Marta y no se encuentra en ningún otro lugar del mundo”, afirmó el investigador Luis Rueda Solano de UNIMAGDALENA.
Este grupo de ranas habita a partir de 1.200 metros sobre el nivel del mar y solo se puede encontrar en bosques húmedos o en los páramos de este sistema montañoso del norte de Colombia.
“Descubrimientos como este validan a la Sierra Nevada como un centro de endemismo”, argumentó el científico, quien también recordó la existencia de la rana de cristal Ikakogi Ispacue, que hasta el momento era el único género autóctono.
El hallazgo de Serranobatrachus es un hito científico porque permite proteger la especie de presiones o destrucciones en el hábitat. “Con estas investigaciones, desde UNIMAGDALENA aportamos más conocimiento para decantarlo en acciones de conservación”, afirmó Rueda Solano.
Trabajo en red
Es importante mencionar que el descubrimiento de Serranobatrachus se dio gracias al trabajo colaborativo desde 2014 entre las universidades Nacional, de Sao Paulo, de Antioquia y del Magdalena, que aportaron diferentes perspectivas y experticias.
Por su parte, muchas de las expediciones científicas fueron acompañadas por habitantes de la Sierra Nevada de Santa Marta, como comunidades campesinas e indígenas.
Este estudio también fue posible gracias a estudiantes, graduados y alianzas con la Fundación Atelopus, que confluyen en generar conocimiento y expandirlo al territorio para generar proyectos de conservación de la Sierra Nevada y contribuir a la creación de políticas públicas.
El descubrimiento fue divulgado en la revista internacional Systematics and Biodiversity Journal y se suma a otros hallazgos realizados a través del Semillero de Herpetología y el Grupo de Investigación en Biodiversidad y Ecología Aplicada de la Universidad.