Ante el rebosamiento de aguas residuales al humedal de Las Iguanas, que se viene registrando desde días pasados, área de interés ambiental declarado en el POT y por la autoridad ambiental del Distrito, cursa un proceso sancionatorio contra la empresa intervenida por la Superintendencia de Servicios Públicos, operada por EPM.
Jaime Avendaño, Director del Departamento Administrativo de Sostenibilidad Ambiental, DADSA, hizo algunas precisiones sobre la respuesta entregada por la Essmar- EPM, a la apertura del proceso sancionatorio ambiental, ante el vertimiento de aguas residuales en plena temporada turística al canal de Las Iguanas, ubicado en el balneario de El Rodadero.
Siendo consecuente con lo dicho por la alcaldesa Virna Johnson, quien en días pasados evidenció el rebosamiento; el jefe de la autoridad ambiental indicó que los hechos demuestran la incapacidad técnica de parte de la Essmar-EPM.
«Demuestra ausencia absoluta de capacidad técnica para poder ejecutar un protocolo de actuación con presencia de equipos de succión presión en puntos estratégicos del sector de El Rodadero, con el objetivo de atender de manera inmediata posibles incrementos de niveles de caudales que se puedan presentar por esta afectación”, sostuvo el funcionario al dirigirse a Juanita Torres subgerente de Acueducto y Alcantarillado de Essmar.
Según Avendaño, hay un desconocimiento completo de la normatividad colombiana en materia ambiental y prestación del servicio de acueducto y alcantarillado, al notarse conforme a la evidencia fílmica, que la empresa en lugar de optar por el uso de equipos de succión presión, decidió bombear las aguas residuales hacia el canal de Las Iguanas; lo cual nunca podrá ser una acción en el marco de un plan de contingencia.
“Puesto que realizar vertimiento en esta zona está prohibido por la norma; toda vez que altera la calidad del agua de este cuerpo hídrico el cual se encuentra a escasos 50 metros de la bahía de El Rodadero, generándose así un riesgo a la salud de las bañistas por el contacto directo con este tipo de aguas, convirtiéndose en un impacto ambiental severo y negativo”, enfatizó.
La autoridad ambiental del Distrito advirtió que la empresa mostró una completa indiferencia con los bañistas, toda vez que jamás articuló con el DADSA, algún apoyo en lo que respecta a cerrar la playa por ingreso de contaminantes, acción que se prevé en un plan de contingencia adecuadamente formulado.
Según la información conocida, la negligencia de la empresa Essmar-EPM, no solo genera un impacto ambiental en la ciudad y pone en riesgo a los miles de turistas y propios; sino que también afecta la imagen que ha posicionado a Santa Marta como el principal destino turístico por excelencia en el país; situación que pone en riesgo a las miles de familias que derivan su sustento de la explotación de esta actividad económica que anualmente genera grandes dividendos en el comercio, restaurantes y el sector hotelero.