Milton Rengifo Hernández, un politólogo que trabajó durante 12 años en el grupo de asesores legislativos del hoy presidente Gustavo Petro, será el nuevo embajador de Colombia en Caracas, luego de que Armando Benedetti, político barranquillero saliera del cargo tras iniciar un escándalo que tiene al Gobierno en crisis.
Así lo informó este lunes en la mañana la Cancillería de Colombia, que tramitó en tiempo récord, en el trascurso de la mañana, el benepláctio para Rengifo.
A inicios de la mañana el Ministerio informó oficialmente que había solicitado ese permiso previo al Gobierno venezolano, y menos de seis horas después anunciaba que lo había recibido, y revelaba el nombre del nuevo embajador. “Después de enviada la solicitud de beneplácito para la designación del señor Milton Rengifo Hernández como Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de Colombia en el vecino país, el Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores de la República Bolivariana de Venezuela otorgó el mismo”, explicó el Ministerio en un comunicado de prensa.
Rengifo, politólogo de la Universidad Nacional, acompañó a Petro en el legislativo cuando el hoy presidente lideró debates como los de la parapolítica. Junto con Augusto Rodríguez, director de la Unidad Nacional de Protección, fue uno de sus asesores más visibles y de confianza.
Al pasar del Legislativo al Ejecutivo local, como alcalde de Bogotá, Petro se lo llevó con él: fue su subsecretario de Ambiente, cuando esa cartera pasó a ser una de las centrales en un gobierno enfocado en el cambio climático, y luego de Asuntos Locales, para finalmente ser sui asesor del despacho. Fue director de gestión comunitaria de la Empresa de Acueducto de Bogotá con Claudia López, y ahora pasa a la diplomacia, a un cargo de más alto perfil y de gran importancia para Petro.
La embajada en Caracas, cuya reapertura fue una de las prioridades y los grandes símbolos de cambio al inicio del Gobierno y la “normalización gradual” de relaciones con Venezuela, luego de años de diferencias irreconciliables, ha sido uno de los principales focos de la diplomacia colombiana en la era Petro, bajo la atenta mirada de Washington.
La reapertura de la extensa y porosa frontera de más de 2.200 kilómetros está en marcha, el tránsito de carga por los puentes binacionales se ha restablecido y hay una incipiente reconexión aérea entre Bogotá y Caracas. El colombiano promueve que Venezuela regrese al sistema interamericano de derechos humanos, se ha sumado a la ofensiva diplomática para convencer al heredero de Hugo Chávez de sentarse de nuevo a negociar una salida con la oposición e incluso organizó una cumbre en Bogotá para allanar el camino para fijar unas elecciones con garantías para todos en 2024. Venezuela, por su parte, es uno de los países garantes de las negociaciones con la guerrilla del ELN y fue la sede del primer ciclo de conversaciones, revela el diario El País.