Cada 4 de marzo se conmemora el Día Mundial de la Obesidad, una fecha clave para concientizar sobre el impacto de esta enfermedad y promover acciones que ayuden a su prevención y tratamiento. La obesidad no solo afecta la calidad de vida de millones de personas en el mundo, sino que también genera consecuencias económicas y sociales de gran magnitud.
Una crisis de salud pública en crecimiento
La obesidad es una enfermedad crónica caracterizada por un exceso de grasa corporal que aumenta el riesgo de padecer enfermedades como diabetes tipo 2, hipertensión, enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer. Además, los niños con sobrepeso tienen una alta probabilidad de vivir con obesidad en la edad adulta.
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en 2022 había 2.500 millones de adultos con sobrepeso, de los cuales 890 millones eran obesos. Desde 1990, la prevalencia mundial de obesidad casi se ha triplicado, pasando del 6,6 % al 15,8 % en 2022, y se estima que para 2030 más de 1.000 millones de adultos en el mundo serán obesos.
Las cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) son alarmantes:
🔹 El sobrepeso y la obesidad son el sexto factor principal de riesgo de muerte en el mundo.
🔹 Cada año, 3,4 millones de adultos fallecen debido al sobrepeso o la obesidad.
🔹 El 44% de los casos de diabetes, el 23% de las enfermedades cardiovasculares y entre el 7% y el 41% de ciertos tipos de cáncer están relacionados con la obesidad.
Impacto económico de la obesidad en el mundo
El crecimiento de la obesidad no solo es una crisis de salud pública, sino también un problema económico global. Según el Atlas Mundial de la Obesidad 2023, el impacto económico del sobrepeso y la obesidad alcanzará:
✔️ 3,3 billones de dólares en 2030.
✔️ 4,3 billones de dólares en 2035.
Además, estudios han revelado que sin intervenciones efectivas, la obesidad infantil y adolescente generará pérdidas económicas enormes en los próximos años. En México, por ejemplo, se estima que el costo podría alcanzar 1,84 billones de dólares entre 2026 y 2090, mientras que en China, esta cifra ascendería a 31,6 billones de dólares entre 2025 y 2092.
La situación en Colombia
Colombia no es ajena a esta problemática. De acuerdo con el último informe sobre el Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo (SOFI), en la última década se ha observado un preocupante aumento de la obesidad en el país:
🔸 Obesidad en adultos: pasó del 5,7 % en 2012 al 9,1 % en 2022.
🔸 Sobrepeso en niños menores de cinco años: aumentó del 5,0 % en 2012 al 6,2 % en 2022.
🔸 Sobrepeso en adultos: subió del 18,2 % al 23,6 % en el mismo período.
Estos números reflejan la necesidad de tomar medidas urgentes para promover hábitos de vida saludables y mejorar la alimentación de la población.
¿Cómo combatir la obesidad? Medidas clave para la prevención
Para reducir el impacto de la obesidad en la sociedad, es fundamental implementar estrategias que incluyan educación, acceso a alimentos saludables y promoción de la actividad física. Algunas de las acciones recomendadas por la FAO y la OMS son:
1. Promoción de una alimentación saludable
✔️ Consumir más frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras.
✔️ Reducir el consumo de alimentos ultraprocesados, ricos en azúcares, grasas saturadas y sodio.
✔️ Aumentar la ingesta de fibra y agua para mejorar la digestión y la saciedad.
✔️ Evitar las bebidas azucaradas y el exceso de carbohidratos refinados.
2. Fomentar la actividad física regular
✔️ Realizar al menos 150 minutos de ejercicio moderado a la semana (como caminar, trotar o andar en bicicleta).
✔️ Evitar el sedentarismo: reducir el tiempo frente a pantallas y aumentar la actividad en la rutina diaria.
✔️ Incentivar la actividad física en niños y adolescentes para prevenir el sobrepeso desde edades tempranas.
3. Implementar políticas públicas efectivas
✔️ Programas de alimentación escolar con opciones nutritivas y balanceadas.
✔️ Etiquetado frontal en productos procesados para informar sobre su contenido nutricional.
✔️ Regulación de la publicidad de alimentos no saludables dirigida a niños.
✔️ Fomentar impuestos a las bebidas azucaradas y productos ultraprocesados para reducir su consumo.
4. Educación alimentaria y nutricional
✔️ Fomentar el aprendizaje sobre una alimentación equilibrada desde la infancia.
✔️ Incluir educación nutricional en los planes de estudio para generar hábitos saludables a largo plazo.
✔️ Promover huertos escolares y comunitarios para incentivar el consumo de alimentos frescos y naturales.
Conclusión: Un compromiso de todos
El Día Mundial de la Obesidad nos recuerda que esta enfermedad es una amenaza creciente para la salud y el desarrollo global. Para enfrentarla, es necesario un esfuerzo conjunto entre gobiernos, instituciones, el sector privado y la sociedad en general.
Desde la FAO y la OMS, se continúa trabajando en políticas que favorezcan el acceso a una alimentación saludable y sostenible. Sin embargo, el cambio también comienza en cada individuo, adoptando hábitos más saludables y fomentando el bienestar en las comunidades.
💡 Tomar conciencia y actuar es clave para un futuro más saludable. ¡Hagamos la diferencia! 💡