En medio de la socialización del Estado de conmoción interior decretado por el Gobierno Nacional, el presidente Gustavo Petro experimentó un tenso momento durante su visita al Catatumbo, Norte de Santander, cuando líderes sociales de la región manifestaron su descontento por la gestión de la crisis humanitaria que afecta a miles de habitantes.
La situación en el Catatumbo se ha agravado debido a los combates entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las FARC, dejando un saldo de más de 50.000 personas desplazadas y decenas de civiles asesinados. A pesar de la declaración del Estado de conmoción interior por parte del Gobierno, las dificultades persisten y la población exige soluciones efectivas e inmediatas.
Reclamos directos al presidente Petro
Durante el encuentro con la comunidad, un líder social interrumpió el protocolo para expresar su inconformidad con la respuesta gubernamental ante la crisis: “El Gobierno tiene que estar en el territorio, no sentado en una oficina. Señor presidente, nosotros hemos venido por respuestas. El pueblo del Catatumbo también tiene que ser escuchado”, enfatizó.
Las críticas continuaron cuando una representante de la comunidad increpó directamente a Petro, exigiéndole mayor confianza en las madres líderes y las juntas de acción comunal. Con visible molestia, le reclamó: “¿Por qué no confía en las madres líderes?, ¿Por qué no confía en las juntas de acción comunal? A nosotros no nos pagan, lo hacemos de corazón (…) Señor Presidente, míreme que le estoy hablando”.
Otro de los asistentes cuestionó la necesidad de declarar la conmoción interior para abordar la problemática: “El pacto social por el Catatumbo no necesita un Estado de conmoción interior para implementarse. Lo que realmente requiere es un compromiso serio con las vigencias futuras”, argumentó.
Asimismo, advirtió que las declaraciones del presidente podrían poner en riesgo a los líderes sociales de la región: “Sus palabras, señor presidente, nos ponen en la mira de diversos actores sociales responsables de las amenazas contra el liderazgo comunitario”.
Debate sobre la viabilidad del Estado de conmoción interior
Paralelamente, el expresidente de la Corte Constitucional, Alejandro Linares, se sumó a las críticas contra la declaratoria de conmoción interior, argumentando que el Gobierno no ha justificado adecuadamente la necesidad de esta medida. Linares presentó una petición ante la Corte Constitucional para evaluar la legalidad del decreto.
“No se ha demostrado que las instituciones ordinarias del Estado sean insuficientes para atender la situación. La jurisprudencia ha reiterado que los estados de excepción deben ser proporcionales, necesarios y estrictamente justificados, sin que puedan utilizarse como respuesta a problemas históricos que deben abordarse con políticas estructurales”, argumentó el exmagistrado.
En respuesta, Petro defendió su decisión y aseguró que la crisis en el Catatumbo es el resultado de décadas de negligencia estatal, una situación que su gobierno heredó y que busca solucionar con medidas extraordinarias.
“Nosotros no somos los culpables de lo que ha pasado en el Catatumbo durante todas estas décadas, pero su intención es decir que, como es negligencia, el ELN entró a matar por negligencia del Estado, entonces no se necesita la conmoción interior”, declaró el mandatario.
La polémica sobre la efectividad del Estado de conmoción interior y las exigencias de la comunidad reflejan la complejidad del conflicto en el Catatumbo, una región que continúa enfrentando violencia, desplazamiento forzado y crisis humanitaria sin soluciones definitivas a la vista.