El empate 1-1 le sonríe más al visitante, que tácticamente estuvo más prolijo y que tuvo en el arquero ‘Chipi Chipi’ Castillo al jugador más valioso del compromiso de ida.
El Rojo respondió al libreto y asumió el peso del partido ante los más de 42.000 aficionados que acompañaron. Pero el visitante no le facilitó su performance. Le costó penetrar, en parte por esa línea de cinco que montaron los de Risaralda atrás y por el trabajo de Jhonny Vásquez que solo trastabilló en la anotación de Diber Cambindo al 38′, cuando a pura potencia entró al área tras aprovechar una aparición por arriba de Andrés Ricaurte.
Lo que había sido un juego a puro control, en el que intentó más el Poderoso, se abrió con el 1-0 instantáneamente. Rápidamente los dirigidos por Alejandro Restrepo exhibieron la capacidad ofensiva que los puso con merecimiento en la final. Apareció Leonardo Casto para meter miedo en una primera oportunidad. No concretó, pero al 42′ el goleador del torneo no perdonó. Y aunque hizo el gesto de perdón, al evocar sus cinco años en el DIM, empató la final y le dio alas a su escuadra.
Ese 1-1 dejó mal sabor en el local. Se había esforzado demasiado para conseguir la ventaja y no pudo sostenerla. Y es que el arranque no había sido fácil. La producción ofensiva fue inferior a lo habitual, algo lógico para una final. El orden del equipo matecaña obligó a circular por momentos la pelota para intentar crear una grieta. En otros pasajes, fueron los lanzamientos de Cadavid los que pusieron a trabajar a los dos puntas, que lo intentaron de cabeza, primero fue Pons y luego Cambindo ante un arquero Harlen Castillo que se jugó la vida al minuto 12 con el ariete argentino, en una buena incursión de Yulián Gómez.
También tuvo su oportunidad Felipe Pardo pero sus dudas en el área le dieron el control a ‘Chipi Chipi’, que respondió cuando fue exigido, lo mismo que su defensa, en especial con ‘Pecoso’ Correa. El lunar estuvo en el tanto del DIM. Ahí se quedó Carlos Ramírez.