Las mujeres eran sometidas a condiciones insalubres, viviendo hacinadas en habitaciones con literas y siendo vigiladas constantemente.
En una exitosa operación policial, la Policía española ha liberado a siete mujeres colombianas, víctimas de explotación sexual que eran mantenidas contra su voluntad en diversos inmuebles de Madrid.
La organización criminal, que obligaba a las mujeres a ejercer la prostitución durante turnos extenuantes de 24 horas y a traficar con estupefacientes, fue desmantelada con la detención de 24 personas.
La red captaba a sus víctimas en Colombia, estableciendo un vínculo transnacional en su actividad delictiva. Con más de medio millón de euros obtenidos de manera ilícita, la organización operaba con una estructura financiera sofisticada que dificultaba el rastreo de los beneficios.
La información recaba por las autoridades evidenció que las mujeres eran publicitadas en anuncios de páginas de prostitución.
Eran sometidas a brutales agresiones y humillaciones. Recibían salvajes palizas si no conseguían el dinero que les exigían por sus servicios. Entre los atroces castigos, confirmó la justicia española que les rapaban la cabeza y les hacían dormir en el suelo, sacándolas al balcón desnudas en invierno.
La operación se logró luego de que una de las víctimas lograra establecer una comunicación donde denunciaba los vejámenes a los que estaba siendo sometida. Esta versión se unió con la de otras cinco mujeres que aseguraban haber sido reclutadas por una mujer en Colombia.