El pasado domingo la via Salamina- El Piñon quedó incomunicada luego de que cerca de 100 metros cúbicos del terraplén cayeran al Río Magdalena.
Septiembre tradicionalmente en la Iglesia Católica es conocido como el Mes de la Biblia, ya que culmina el día 30 con la memoria obligatoria de San Jerónimo, traductor de la Sagrada Escritura al lenguaje cercano de las clases populares de su época (nació en el 374 y murió en el 420).
Este mes plantea retos pastorales en la realidad de la Diócesis de Santa Marta, especialmente al Arciprestazgo San Luis Beltrán, y sobre todo a las Parroquias de Salamina y El Piñón, debido a la erosión en el kilómetro 2.5 de la carretera que une a las dos localidades, por la fuerza del río Magdalena.
Por su parte los sacerdotes Hernán Moisés Muñoz e Iván Darío Trujillo, párrocos de Salamina y El Piñón, respectivamente, siguen dinamizando procesos pastorales como apoyo para encontrar soluciones efectivas, unidos a los líderes sociales y gubernamentales de ambas localidades, frente a la dificultad ocurrida en la madrugada del domingo y durante todo el día, en la cual más 100 metros cúbicos de terreno cedieron, cayendo al río, hasta quedar la carretera prácticamente partida.
Debido a lo anterior, Monseñor Luis Adriano Piedrahita Sandoval – Obispo de Santa Marta, expresó su cercanía y acompañamiento espiritual con caridad de pastor al servicio del pueblo santo de Dios. A su vez pidió al Gobierno apoyo para encontrar vías contundentes que solucionen la dificultad presentada. Al final envío su bendición episcopal al rebaño de dicho Arciprestazgo, que al igual que el resto de la Diócesis, se dispone en este mes a encontrar en la Sagrada Escritura, “la lámpara para los pasos y luz en el sendero” (Salmo 118).