la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (Fecode) convocó a una serie de marchas en las principales ciudades del país. Su llamado es claro: “defensa de la democracia y el Estado Social de Derecho”. Esta convocatoria no surgió de la nada, pues viene dada por un largo contexto político que ha sido tenso y cargado de controversia.
Lo que atrajo a muchos ciudadanos fue la consigna que esta marcha busca promover, ya que con el lema “Al presidente nadie lo toca”, muchos ciudadanos se comprometieron a acudir a los puntos donde se llevarán a cabo las manifestaciones.
Todo comenzó cuando el presidente Gustavo Petro, con un tono enérgico y decidido, instó a sus seguidores a tomar las calles. ¿El motivo? Lo que varios congresistas del Pacto Histórico consideraron una “ruptura institucional” por parte de la justicia.
Dos acontecimientos en particular habían encendido la mecha: el primero, la suspensión del canciller Álvaro Leyva Durán por presuntas irregularidades en la cancelación de una licitación para pasaportes; el segundo, una investigación de la Fiscalía a Fecode por un supuesto aporte millonario a la campaña de presidencial de Gustavo Petro, una donación que, según las acusaciones, no se había declarado en el Consejo Nacional Electoral (CNE).
La reacción de Petro fue inmediata y contundente. En sus palabras, la justicia había decidido la ruptura institucional al tomar esas medidas. Como presidente, sentía la responsabilidad de denunciar lo que él llamaba “toma mafiosa de la Fiscalía” y de convocar al pueblo a la máxima movilización popular por la decencia.