El Caribe colombiano enfrenta una creciente amenaza ambiental: según datos oficiales del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, se han identificado cerca de 960 especies exóticas con potencial invasor o ya invasoras. De estas, 139 afectan ecosistemas marino-costeros, generando preocupación por la vulnerabilidad de hábitats estratégicos como la Ciénaga Grande de Santa Marta y zonas de manglar de la región.
En la capital del Magdalena, el Ministerio llevó a cabo un taller de actualización del Plan Nacional de Prevención, Control y Manejo de Especies Introducidas, Trasplantadas, Exóticas e Invasoras. La actividad reunió a corporaciones autónomas, universidades y representantes de la sociedad civil, quienes participaron en mesas de trabajo para definir acciones frente a esta problemática. Entre los principales mecanismos de ingreso de estas especies al país se destaca el tráfico marítimo: el 26 % llegó a través de aguas de lastre descargadas por embarcaciones en puertos de Santa Marta, Cartagena y Barranquilla.
El pez León se ha convertido en uno de los casos más preocupantes. Reportado por primera vez en 2009 en el Parque Nacional Tayrona, se estima que actualmente hay alrededor de 67 individuos por hectárea en la zona, consumiendo hasta 4,6 toneladas de vida marina por kilómetro cuadrado al año. Esta especie exótica desplaza a las especies nativas y altera las redes tróficas, afectando la biodiversidad y la pesca artesanal local. Su defensa natural con veneno en la aleta dorsal y su capacidad de ayuno prolongado dificultan su control.
El plan de manejo del Ministerio contempla programas de investigación, instrumentos de gestión y campañas de divulgación para disminuir los impactos de especies invasoras. En el Parque Nacional Tayrona, comunidades locales y centros de buceo participan en jornadas y torneos de captura de pez León; sin embargo, expertos señalan que estos esfuerzos deben ser sistemáticos y simultáneos en todos los arrecifes para ser efectivos.
Además de los impactos ecológicos, la expansión de especies invasoras tiene consecuencias sociales y económicas, afectando la pesca, la agricultura y el turismo en la región Caribe. Con estas acciones, el Ministerio busca fortalecer la capacidad institucional y comunitaria para proteger la biodiversidad y garantizar un futuro sostenible para las próximas generaciones.







