Un hecho doloroso sacudió el área metropolitana de Bucaramanga durante el fin de semana. Anderson Báez Mendoza, un joven de 25 años, falleció en circunstancias trágicas luego de ser atropellado por una camioneta Toyota Fortuner en Floridablanca, cuando se había detenido para prestar ayuda a un motociclista accidentado.
Según relataron testigos, todo comenzó cuando un conductor de moto perdió el control de su vehículo y cayó a la vía. Ante la emergencia, Anderson y otros ciudadanos decidieron bajarse de sus motos y automóviles para auxiliarlo. Sin embargo, lo que parecía un acto de solidaridad se convirtió en tragedia cuando, de repente, la camioneta apareció a gran velocidad y embistió a las personas que estaban en el lugar.
El impacto fue devastador: por lo menos seis personas resultaron alcanzadas por el vehículo. Anderson, en particular, fue arrastrado junto con su motocicleta cerca de 500 metros, quedando atrapado hasta que la camioneta se estrelló contra un separador. Lamentablemente, murió de inmediato debido a la gravedad de las heridas.
“Un conductor de una moto pierde el control, cae en la vía, los demás detienen la marcha para ayudarlo y una camioneta embiste a las personas, entre ellos el conductor de una moto, el cual es arrastrado casi 500 metros. Finalmente, se pierde la vida por el choque”, confirmaron las autoridades de tránsito.
Los minutos posteriores estuvieron marcados por la confusión y el horror. Varios testigos comenzaron a gritar desesperados frases como “¡Lo mató, lo mató!”, mientras grababan con sus celulares la escena del accidente. En redes sociales circulan videos que muestran tanto la angustia de los presentes como el estado en que terminó el automotor de alta gama tras el choque.
De acuerdo con los primeros reportes, el conductor de la camioneta habría intentado darse a la fuga. Testigos aseguran que, en aparente estado de embriaguez, trató de abordar un taxi, pero al no conseguirlo huyó por la Transversal del Bosque. Esta versión refuerza la hipótesis de que conducía bajo los efectos del alcohol o alguna sustancia.
Hasta el lugar llegaron agentes de la Policía de Tránsito y Criminalística, quienes realizaron el levantamiento del cuerpo y recopilaron información clave para dar con el responsable. Entretanto, la familia de Anderson Báez confirmó que ya fue identificado el propietario del vehículo, quien estaría vinculado a una empresa con sede en Bogotá.
“El man iba como borracho, trabado, porque una persona coherente no acelera el vehículo así”, manifestó un allegado de la víctima, exigiendo que se haga justicia y que el caso no quede en la impunidad.
La comunidad de Floridablanca, profundamente conmovida, lamenta la pérdida de un joven descrito por sus cercanos como solidario, trabajador y lleno de sueños. Sus familiares adelantan los preparativos para darle el último adiós, mientras que al mismo tiempo inician una lucha para que el conductor responsable responda ante la justicia.
Lo que ocurrió con Anderson es un recordatorio doloroso de los riesgos que enfrenta la ciudadanía en las vías y la necesidad urgente de reforzar medidas de control contra la conducción irresponsable.