La vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, le lanza crítica a EE. UU.: “Sus barcos tienen un problema de GPS; deberían estar en el Pacífico”
En medio de la creciente tensión diplomática y militar entre Estados Unidos y Venezuela, la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, volvió a fijar la posición oficial de su Gobierno frente al despliegue naval estadounidense en aguas del Caribe. Durante una conferencia de prensa en Caracas —en la que no se permitió preguntas de los periodistas— Rodríguez rechazó los señalamientos de Washington que vinculan al país con el narcotráfico y lanzó una irónica crítica al despliegue militar: “Tienen un problema de ubicación del GPS, los barcos deberían estar en el Pacífico”.
La funcionaria sostuvo que Venezuela no es un país productor de drogas y que, por el contrario, ha demostrado con cifras y reportes internacionales su compromiso en la lucha contra el tránsito de estupefacientes. “Desde 1999 hasta el 2025, Naciones Unidas ha ratificado en sus informes que Venezuela no figura como productor de narcóticos”, afirmó, al tiempo que calificó como “inaceptable” que Estados Unidos utilice el narcotráfico como excusa para justificar operaciones militares en la región.
Rodríguez rechazó también las acusaciones sobre la existencia del llamado “cartel de Los Soles”, señalando que forman parte de lo que describió como una estrategia de propaganda y presión internacional contra el Gobierno de Nicolás Maduro.
Mientras mostraba diapositivas a los asistentes, la vicepresidenta recalcó que incluso en el hipotético caso de que Venezuela estuviera vinculada con el narcotráfico, “en ningún caso está previsto el abordaje militar” como método de combate. Para ella, la presencia de buques estadounidenses cerca de aguas venezolanas es una clara señal de provocación y de intento de intervención.
“Sabemos muy bien lo que se pretende hacia Venezuela (…). La ubicación de unos barcos que pretenden violentar la soberanía, una agresión armada contra el pueblo venezolano”, subrayó Rodríguez, dejando entrever que su Gobierno considera estas maniobras como parte de un plan de desestabilización política y militar.
El pronunciamiento se suma a una larga serie de declaraciones oficiales de Caracas en rechazo a la política exterior de Estados Unidos, en especial en lo referente a sanciones económicas, acusaciones por narcotráfico y presencia militar en el Caribe. La tensión entre ambos países, lejos de disminuir, parece seguir escalando con nuevos roces en el plano diplomático y de seguridad.