Trump lanza advertencia a Maduro: bombarderos B-52 y buques de guerra de EE. UU. operan cerca de Venezuela
Una nueva muestra de fuerza militar estadounidense ha generado tensión en el Caribe y en el gobierno de Nicolás Maduro. Según reveló el Financial Times, tres bombarderos estratégicos B-52 de la Fuerza Aérea de Estados Unidos despegaron el pasado miércoles desde la base aérea de Barksdale, en Luisiana, y sobrevolaron la costa venezolana, muy cerca del aeropuerto internacional de Maiquetía, principal terminal aérea de Caracas.
Estos aviones, capaces de transportar armamento nuclear y misiles de largo alcance, representan uno de los principales símbolos del poder disuasorio de Washington. Su aparición tan próxima al espacio aéreo venezolano fue interpretada por analistas citados por el medio británico como un mensaje directo al régimen de Maduro: “Estados Unidos puede desplegarse y actuar donde lo considere necesario”.
El sobrevuelo forma parte del mayor despliegue militar estadounidense en el Caribe de las últimas décadas. Desde agosto, alrededor de 10.000 soldados, ocho buques de guerra, un submarino nuclear y varios cazas F-35 han sido movilizados bajo la orden del presidente Donald Trump, dentro de lo que la Casa Blanca describe oficialmente como una “operación contra el narcotráfico”. Sin embargo, diversas fuentes del Pentágono aseguran que el objetivo real sería aumentar la presión política y militar sobre el gobierno venezolano.
Mark Cancian, exasesor del Departamento de Defensa, declaró al Financial Times que la constante rotación de buques estadounidenses “indica que esta fuerza permanecerá allí por un tiempo prolongado”. Esta presencia permitiría mantener abiertas varias opciones operativas, desde labores de vigilancia e inteligencia hasta ataques quirúrgicos con drones o misiles de precisión.
Desde septiembre, Estados Unidos ha destruido al menos siete embarcaciones que, según sus reportes, transportaban drogas hacia el norte del Caribe, con un saldo de 32 muertos. No obstante, hasta el momento no se han presentado pruebas concluyentes de que todos los blancos estuvieran vinculados al narcotráfico, lo que ha generado críticas sobre la justificación de las operaciones.
Además, el Financial Times informó que la administración Trump reactivó la base naval de Roosevelt Roads, en Puerto Rico, cerrada desde 2004, como centro logístico para la operación. Expertos en defensa consideran que esta medida forma parte de una estrategia de “presión prolongada” que podría derivar en acciones de mayor alcance si la situación política en Venezuela se deteriora.
Seth Jones, exoficial del Comando de Operaciones Especiales, explicó que las fuerzas especiales estadounidenses “pueden realizar desde misiones de reconocimiento hasta capturas de alto valor”, aunque señaló que si el objetivo es provocar la salida de Maduro del poder, su papel sería limitado. “El despliegue no necesariamente implica una invasión, pero sí aumenta la probabilidad de acciones militares selectivas dentro del territorio venezolano”, precisó.
El movimiento militar revive recuerdos de intervenciones pasadas de Estados Unidos en la región. En 1994, las tropas estadounidenses ingresaron a Haití con aval de la ONU tras un golpe militar; en 1989, una fuerza de 30.000 soldados derrocó al dictador panameño Manuel Noriega; y en 1983, Washington envió 7.000 infantes de marina a Granada tras el secuestro de estudiantes estadounidenses. Aunque el actual despliegue no alcanza tales dimensiones, su duración y carácter geopolítico reflejan un renovado interés de Washington por reforzar su presencia en América Latina.
Un exoficial del Pentágono advirtió que “el riesgo es que este esfuerzo en el Caribe desvíe recursos que Estados Unidos necesita en el Indo-Pacífico frente al avance de China”, sugiriendo que el movimiento también podría tener consecuencias estratégicas más amplias.
Con la presencia de los bombarderos B-52 sobrevolando Venezuela, la administración Trump envía un mensaje claro al régimen de Maduro y reafirma su política de presión: “Todas las opciones están sobre la mesa”.







