Una nueva acción militar estadounidense ha generado controversia en América Latina. De acuerdo con información revelada por CBS News, el ejército de Estados Unidos bombardeó la noche del martes una embarcación en el océano Pacífico, supuestamente frente a las costas de Colombia, como parte de la estrategia ofensiva ordenada por el presidente Donald Trump contra las redes de narcotráfico internacional.
Según el medio estadounidense, el ataque habría dejado entre dos y tres personas muertas, información confirmada parcialmente por un funcionario del gobierno norteamericano que pidió mantener su identidad en reserva. “Ayer, bajo la dirección del presidente Trump, el Departamento de Guerra llevó a cabo un ataque cinético letal contra un buque operado por una Organización Terrorista Designada que realizaba narcotráfico en el Pacífico Oriental”, declaró el secretario de Guerra, Pete Hegseth, en una rueda de prensa.
Este episodio se considera sin precedentes dentro de la actual campaña militar antidrogas liderada por Washington. Desde que Trump dio luz verde a la ofensiva el pasado 2 de septiembre, las Fuerzas de Operaciones Especiales de Estados Unidos han ejecutado ocho ataques contra embarcaciones sospechosas de transportar drogas ilegales. Sin embargo, hasta ahora todas las operaciones se habían concentrado en el Caribe, cerca de las costas venezolanas, y no en el Pacífico colombiano.
El ataque más reciente ocurre apenas un mes después de otro incidente reportado el 16 de septiembre, cuando un navío presuntamente vinculado al Ejército de Liberación Nacional (ELN) fue atacado por fuerzas estadounidenses en el Mar Caribe. Ambos operativos se enmarcan dentro de las acciones directas de Estados Unidos contra organizaciones consideradas parte del narcotráfico transnacional.
Horas después del bombardeo, el presidente Gustavo Petro reaccionó públicamente y afirmó que la embarcación atacada era colombiana, y que se encontraba aún dentro de aguas nacionales. A través de su cuenta en X (antes Twitter), el mandatario expresó:
“Quien estaba allí era un pescador de toda la vida: Alejandro Carranza”, escribió Petro, cuestionando la legitimidad del ataque y advirtiendo sobre la posible violación de la soberanía marítima de Colombia.
El incidente ha encendido nuevamente las tensiones diplomáticas entre Bogotá y Washington, que ya venían escalando tras los recientes pronunciamientos de Trump, en los que acusó a Petro de “fabricar drogas” y calificó su gobierno como un “régimen fuera de control”.
Por ahora, las autoridades colombianas no han emitido un comunicado oficial sobre el caso, pero fuentes cercanas a la Cancillería aseguraron que se evalúan los pasos a seguir ante un hecho que podría considerarse una agresión militar en territorio nacional.







