La crisis diplomática entre Colombia y Estados Unidos se profundiza tras una nueva y dura embestida del presidente estadounidense Donald Trump contra su homólogo Gustavo Petro, a quien calificó de “matón” y “mal tipo”, acusándolo de fabricar “muchas drogas”. Las declaraciones se produjeron este 22 de octubre, en una rueda de prensa en la Oficina Oval, y se suman a una serie de mensajes incendiarios que han tensado las relaciones entre ambos gobiernos.
Trump afirmó que Colombia se ha convertido en el principal foco de producción de cocaína y responsabilizó directamente a Petro de la expansión del narcotráfico:
“Tienen fábricas de cocaína. Cultivan todo tipo de porquerías y las drogas malas que entran en Estados Unidos, generalmente pasan por México, y (a Petro) más le vale tener cuidado o tomaremos medidas muy serias contra él y su país. (Petro) ha llevado a su país a una trampa mortal”, dijo el mandatario republicano.
Durante la misma intervención, Trump anunció que suspendió toda financiación y cooperación económica de Estados Unidos hacia Colombia, medida que, según explicó, busca presionar al gobierno colombiano a “detener la producción de drogas y la corrupción estatal vinculada al narcotráfico”.
“He detenido todos los pagos a Colombia. No vamos a seguir enviando dinero a un país que no coopera y que está inundando nuestras calles de cocaína”, enfatizó el mandatario.
Las tensiones escalaron luego de que el pasado fin de semana Trump afirmara desde su residencia en Florida que Colombia “está fuera de control” y que su producción de cocaína “ha alcanzado niveles históricos”. En ese discurso, el presidente estadounidense llamó a Petro “un lunático” y “el peor presidente que ha tenido Colombia”, frases que ya habían generado rechazo en varios sectores políticos latinoamericanos.
A la polémica se suma un reciente ataque a una embarcación en el océano Pacífico, ocurrido frente a aguas que, según reportes preliminares, estarían dentro del territorio marítimo colombiano. Si bien Washington no ha emitido una versión oficial sobre el incidente, en medios internacionales se especula que la operación habría sido ejecutada por fuerzas estadounidenses contra una presunta red de narcotráfico. Este hecho ha añadido tensión a un clima diplomático ya deteriorado.
Petro responde a las acusaciones de Trump
Minutos después de conocerse las declaraciones del presidente estadounidense, Gustavo Petro reaccionó desde su cuenta oficial de X (antes Twitter), calificando las afirmaciones de “calumniosas” y advirtiendo que se defenderá judicialmente en Estados Unidos.
“De las calumnias que me han lanzado en el territorio de los EE. UU., altos funcionarios; me defenderé judicialmente con abogados estadounidenses en la justicia estadounidense”, escribió el mandatario colombiano.
Petro también señaló que su gobierno mantendrá su posición en defensa de los derechos humanos y en contra de los abusos de poder:
“Siempre estaré en contra de los genocidios y de los asesinatos del poder en el Caribe”, expresó.
Además, el jefe de Estado reiteró que Colombia seguirá colaborando en la lucha contra el narcotráfico, pero únicamente con los países que actúen bajo el respeto y la cooperación mutua:
“Lucharemos contra los narcotraficantes con los estados que quieran nuestra ayuda”, subrayó Petro.
Estas declaraciones reflejan la postura desafiante del presidente colombiano, quien ha buscado proyectar una imagen de independencia frente a la política exterior de Washington. Sin embargo, la suspensión de fondos estadounidenses —que podrían incluir recursos destinados a cooperación militar, ambiental y de seguridad— abre un nuevo capítulo de incertidumbre en las relaciones bilaterales.
Escalada diplomática y repercusiones
La confrontación entre Trump y Petro ocurre en un contexto de altas tensiones geopolíticas en América Latina. Analistas internacionales advierten que, de confirmarse la suspensión total de fondos, Colombia podría enfrentar impactos en programas de seguridad fronteriza, erradicación de cultivos ilícitos y asistencia técnica de agencias estadounidenses como la DEA y USAID.
El intercambio de acusaciones también genera inquietud en los sectores diplomáticos, que temen una ruptura formal en la cooperación histórica entre ambos países, sostenida por más de cuatro décadas. Mientras tanto, el gobierno colombiano ha guardado silencio institucional más allá de las declaraciones directas del presidente, a la espera de una comunicación formal por parte de la Casa Blanca.
Por ahora, la crisis sigue abierta. Trump mantiene un tono hostil hacia Petro, mientras el mandatario colombiano insiste en que llevará el caso a los tribunales de Estados Unidos para defender su nombre y la soberanía del país.







