Un episodio de violencia estremeció a la comunidad educativa de la Institución San Isidoro, en el municipio de Espinal (Tolima), la mañana del lunes 20 de octubre. Tres adultos ingresaron al plantel con un cuchillo y atacaron a un estudiante frente a decenas de compañeros, en un hecho que quedó registrado en video y rápidamente se difundió en redes sociales, desatando la indignación general.
De acuerdo con testigos y con las imágenes que circularon, los agresores habían llegado buscando a un menor que, según versiones preliminares, habría tenido un altercado con la hija de uno de ellos. Sin embargo, en medio del caos, arremetieron primero contra otro estudiante que nada tenía que ver con la disputa. Una vez identificaron a quien buscaban, lo golpearon y lo amenazaron con el arma blanca.
El violento incidente provocó pánico en el colegio y requirió la intervención de docentes y padres que se encontraban en el lugar, quienes evitaron que la situación terminara en tragedia. Minutos más tarde, la Policía llegó al sitio y logró detener a dos de los implicados, mientras el menor agredido fue trasladado a un centro asistencial para recibir atención médica.
Pese a las capturas iniciales, la Fiscalía no formuló cargos contra los señalados, argumentando que no se registraron heridas graves. Esta decisión desató molestia entre padres, estudiantes y docentes, quienes cuestionaron la actuación de las autoridades y reclamaron una respuesta más contundente.
Directivos de la institución manifestaron su preocupación por lo ocurrido y prometieron revisar los protocolos de ingreso al plantel. Sin embargo, hasta el momento no se han anunciado medidas concretas de seguridad. La comunidad exige explicaciones sobre cómo tres adultos pudieron entrar armados al colegio y por qué no se actuó con anticipación, pese a que se habían registrado amenazas previas.
El caso ha reavivado en redes sociales el debate sobre la seguridad en los entornos escolares. Padres y docentes expresaron su temor ante la falta de control en los accesos y la aparente ineficacia de los protocolos cuando se reportan incidentes de violencia.
Entre las múltiples reacciones, algunos usuarios denunciaron la pasividad de las instituciones judiciales, mientras otros pidieron conocer el contexto del conflicto. “Claro, cómo van a desgastar el aparato judicial por unas lesiones personales, mejor esperan hasta que sea homicidio”, escribió uno de ellos con ironía.
Hasta ahora, no se ha revelado la identidad de los agresores. Por respeto a los menores involucrados y a sus familias, el video no ha sido replicado por los medios, aunque continúa circulando en redes como testimonio de un hecho que volvió a poner en evidencia la fragilidad de la seguridad escolar en el país.







