Lo que pretendía ser una muestra de apoyo ciudadano terminó convirtiéndose en una jornada de críticas y descontento. La denominada “gran toma naranja”, organizada por el movimiento Fuerza Ciudadana, dejó más reclamos que respaldo entre los samarios.
Durante el recorrido por distintos sectores de la ciudad, varios comerciantes y habitantes manifestaron su molestia, señalando que el movimiento del exgobernador Carlos Caicedo continúa repitiendo la misma estrategia: movilizar contratistas y funcionarios para simular respaldo popular.
Según testigos, muchos de los asistentes fueron convocados desde tempranas horas y permanecieron durante gran parte de la mañana bajo el sol, visiblemente cansados y sin entusiasmo, cumpliendo más con una obligación laboral que con una manifestación voluntaria.
En distintos puntos de la ciudad, negocios se negaron a recibir al grupo político, y los ciudadanos aprovecharon para reclamar la falta de agua, los incumplimientos de campañas pasadas y la situación crítica de varios barrios. Entre los gritos más repetidos se escuchó: “¡Ya no más Caicedo!”
Aunque los organizadores aseguraron que la jornada fue un éxito, las reacciones en la calle y en redes sociales reflejan otra realidad: la percepción de que el movimiento naranja perdió la conexión con la gente y recurre al uso de recursos y contratistas para sostener su imagen política.







