Una operación conjunta entre Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria, la Policía Nacional de España, Europol y la Policía Nacional de Colombia permitió desarticular una presunta red criminal dedicada a la importación de cocaína oculta en productos alimentarios. El trabajo coordinado dejó once detenidos y el hallazgo de un laboratorio clandestino en Alicante, donde se procesaba la droga extraída de cargamentos enviados desde Colombia.
El caso comenzó en 2024, cuando funcionarios del Servicio de Vigilancia Aduanera en Alicante detectaron importaciones sospechosas de pulpa de fruta procedente de Colombia, todas dirigidas a una misma empresa. La mercancía levantó alertas por su frecuencia y por la posibilidad de contener sustancias ilícitas. Con estas pistas, se inició una investigación para establecer el destino final de los productos y ubicar el posible laboratorio clandestino.
En una primera etapa, los agentes lograron identificar a dos hombres señalados como los principales responsables de la operación. Según las pesquisas, el líder de la red tomaba decisiones sin aparecer formalmente vinculado, mientras que su socio figuraba como representante de la empresa aparentemente encargada de la importación.
Posteriormente, en 2025 se detectó la llegada de un nuevo contenedor. La mercancía fue descargada en una nave vinculada a la empresa investigada, donde parte de la pulpa permaneció almacenada como si se tratara de un proceso comercial normal. El resto, según descubrieron los investigadores, era movilizado de manera clandestina hacia zonas rurales y naves aisladas, sitios que este tipo de organizaciones suelen elegir para evitar ser detectadas durante los procesos de extracción de la cocaína.
Para ello, la red implementaba estrategias de ocultamiento: uso de vehículos registrados a nombre de terceros, cambios frecuentes de titularidad, conductores interpuestos, maniobras de despiste y rutas alternas en horarios poco concurridos. Todo para crear una distancia entre la empresa importadora y los verdaderos centros donde se manipulaba la mercancía, dificultando su rastreo legal.
Mientras avanzaban las vigilancias en España, en septiembre la Policía Nacional Colombiana interceptó en origen un contenedor con casi una tonelada de cocaína —955,5 kilos— mezclada con pulpa de fruta. Tras el análisis, se confirmó que el cargamento estaba impregnado de droga y que tenía como destino la misma compañía investigada en Alicante.
Con esta evidencia, las autoridades coordinaron el operativo final los días 4 y 5 de noviembre. En cinco registros simultáneos en Sax, Elda, Monóvar, Petrer y Castalla fueron capturadas once personas. En una finca de Sax se encontró el laboratorio clandestino, equipado con más de mil kilos de precursores químicos como sosa cáustica, amoníaco y varios ácidos, además de todo el material necesario para elaborar y aislar la cocaína. Allí mismo fueron hallados diez kilos de droga procesada y restos de una plantación ‘indoor’ con dos kilos de marihuana listos para consumo.
En la nave de la empresa investigada se localizaron más de 27 toneladas de pulpa de fruta distribuidas en bidones y cajas, que tras un análisis sanitario preliminar se determinó que no contenían cocaína. También fueron incautados tres vehículos, dispositivos electrónicos, documentos y dinero en efectivo.
Los once capturados quedaron a disposición de los juzgados de instrucción de guardia de Alicante, Elda y Novelda, mientras las autoridades continúan consolidando pruebas contra la organización desmantelada.







