Estonia ha puesto en marcha una serie de ejercicios militares destinados a robustecer su capacidad de respuesta frente a posibles amenazas aéreas procedentes de Rusia. La decisión se produce luego de que se registraran incursiones recientes de drones y aviones rusos, en un contexto regional marcado por la prolongación del conflicto en Ucrania. Según explicó el mando militar estonio, la situación obliga a mantener una vigilancia constante y a reforzar los protocolos de reacción inmediata.
El general de brigada Riivo Valge, comandante de la Fuerza Aérea de Estonia, señaló que la guerra en territorio ucraniano tiene efectos directos sobre la seguridad de los países bálticos. Aunque las violaciones de espacio aéreo por parte de drones no son frecuentes, Valge subrayó que la coyuntura justifica mantener un nivel de alerta elevado y actualizar las capacidades de despliegue rápido fuera de las bases tradicionales.
Durante las maniobras se han reforzado las medidas de protección en instalaciones permanentes y se han ajustado los procedimientos para facilitar la movilización urgente de equipos de vigilancia. De acuerdo con Europa Press, tanto personal profesional como conscriptos, reservistas y miembros de la Liga de Defensa de Estonia participan en labores de formación, patrullaje y control territorial.
Las Fuerzas de Defensa de Estonia (EDF) informaron que la cooperación con la Policía y la Guardia de Fronteras ha aumentado para optimizar el intercambio de información ante cualquier actividad sospechosa. El país, además, cuenta con el respaldo de la red de defensa aérea de la OTAN, que mantiene un despliegue multinacional de policía aérea en la región. La Fuerza Aérea Italiana se destaca en esta misión con cazas Eurofighter Typhoon y sistemas antiaéreos SAMP-T, integrados a las operaciones aliadas.
En paralelo, aviones estadounidenses también han hecho presencia en la zona. Un bombardero B-52H Stratofortress sobrevoló recientemente Estonia acompañado por cazas de la OTAN y un avión radar, como parte de ejercicios que incluyeron vuelos en Finlandia y Letonia. Según el diario Postimees, estas misiones permiten reforzar la coordinación entre Estados Unidos y los países bálticos, además de perfeccionar tácticas en escenarios de alta tensión.
El Gobierno estonio ha emitido indicaciones claras a la ciudadanía: evitar difundir información sobre ubicaciones militares, utilizar la aplicación móvil Ole Valmis para reportar aeronaves no identificadas y seguir estrictamente las instrucciones en caso de activación de sirenas o alertas en el teléfono móvil, incluyendo buscar refugio inmediato si así se requiere.
La tensión con Rusia no es reciente. En octubre, Estonia cerró temporalmente el paso por la llamada Bota de Saatse, un tramo vial que cruza territorio ruso, después de que se detectara actividad inusual de soldados del país vecino. Según la agencia AP, el cierre fue ordenado tras una advertencia del ministro del Interior sobre el despliegue de un grupo militar ruso en la zona. La Junta de Policía y Guardia de Fronteras restringió el tránsito para evitar incidentes y proteger a la población en un sector donde, aunque normalmente se permite el paso sin detenciones, está prohibido detenerse dentro del territorio ruso.







