Aunque los alimentos procesados suelen ser sabrosos y muy tentadores, un nuevo estudio muestra que optar por alimentos mínimamente procesados puede ofrecer importantes beneficios para la pérdida de peso y la salud en general. Investigadores de Nature Medicine llevaron a cabo un ensayo clínico con 55 participantes durante ocho semanas, y encontraron que quienes siguieron una dieta basada en alimentos con un bajo grado de procesamiento perdieron en promedio el doble de peso que quienes consumieron alimentos ultraprocesados.
Los alimentos mínimamente procesados, como frutas frescas, verduras, granos enteros y proteínas magras, conservan la mayoría de sus nutrientes originales — vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes — gracias a que solo pasan por procesos sencillos como lavado, corte, congelado o cocción básica. Al evitar aditivos artificiales, azúcares añadidos y grasas trans, estos alimentos contribuyen a una dieta más nutritiva y saciante.
En contraste, los alimentos ultraprocesados suelen contener altos niveles de calorías, azúcares y grasas poco saludables, además de presentar texturas que facilitan su consumo excesivo y pueden generar antojos difíciles de controlar. De hecho, los participantes del estudio que consumieron alimentos mínimamente procesados reportaron una disminución significativa en los antojos y una mayor capacidad para resistir tentaciones, aun cuando su ingesta calórica fue aproximadamente 290 calorías menor que la habitual.
Los expertos destacan que la mayor cantidad de fibra y volumen de estos alimentos contribuye a una sensación de saciedad prolongada, ayudando a controlar el apetito y prevenir el exceso de comida, lo que favorece la adherencia a largo plazo a una alimentación saludable.
Adoptar una dieta basada en estos alimentos no implica grandes sacrificios ni complicaciones: basta con elegir conscientemente opciones como legumbres, arroz integral, frutos secos naturales y carnes sin empanizados ni conservantes. Esta forma de alimentación no solo mejora la salud física, sino que también impacta positivamente en el bienestar emocional y mental, generando cambios significativos en la calidad de vida diaria.







