La Vuelta a España volvió a verse interrumpida por protestas políticas. Este jueves, un grupo de manifestantes pro Palestina trató de frenar el inicio de la sexta etapa, que partía desde Olot hacia Pal Andorra en los Pirineos. Los activistas se colocaron en la carretera frente al pelotón y los vehículos de apoyo, lo que obligó a una intervención inmediata de la Policía para retirar a los implicados y garantizar la seguridad de ciclistas y asistentes.
El incidente se produjo justo en el momento de la salida, cuando los corredores, entre ellos el colombiano Egan Bernal, estaban listos para iniciar un recorrido considerado clave en la primera semana de competencia por su exigencia montañosa. La situación generó tensión momentánea, pero gracias a la rápida reacción de las autoridades no hubo consecuencias físicas para los atletas ni retrasos significativos en la carrera.
Este hecho se suma al episodio del día anterior en Figueras, durante la contrarreloj individual, cuando cuatro activistas lograron interrumpir la marcha del equipo Israel Premier Tech. En esa ocasión, uno de los manifestantes, de 42 años, fue detenido y acusado de resistencia a la autoridad, desórdenes públicos y crear un riesgo para la circulación.
El director de la Vuelta, Javier Guillén, expresó su preocupación por la repetición de estas acciones y recordó que, aunque la libertad de expresión es un derecho legítimo, las competiciones deportivas no deben ser escenarios de interrupción violenta. “No ha pasado nada, pero pudo haber pasado. El Israel no es un equipo invitado; está aquí por méritos deportivos y nada le puede impedir correr la Vuelta”, declaró de manera contundente.
Desde el equipo Israel Premier Tech también se emitió un comunicado en redes sociales. Si bien manifestaron su respeto hacia las causas sociales y políticas, insistieron en que las protestas no deben comprometer la integridad de los ciclistas ni alterar el normal desarrollo del evento.
La Vuelta a España, una de las tres grandes del ciclismo mundial junto al Tour de Francia y el Giro de Italia, ha enfrentado un inicio convulso marcado no solo por la exigencia deportiva, sino también por estas acciones que han llevado a reforzar la seguridad en los puntos de salida y llegada de cada etapa.