El panorama político en Colombia empieza a intensificarse a medida que se acercan las elecciones presidenciales y legislativas de 2026. En este contexto, se está organizando una cumbre entre el Centro Democrático y Cambio Radical, dos de los principales partidos de oposición al gobierno de Gustavo Petro. El encuentro, que se prevé para mediados de septiembre en Bogotá, aún no tiene fecha ni lugar confirmados, pero se perfila como un evento decisivo en la definición de estrategias opositoras.
Las figuras centrales de esta reunión serían el expresidente Álvaro Uribe Vélez y el exvicepresidente Germán Vargas Lleras, líderes naturales de sus respectivas colectividades. La expectativa es que ambos discutan las posibilidades de articular un frente común que logre consolidar un bloque antipetrista con capacidad de competir de manera real frente a la izquierda y las fuerzas oficialistas.
De hecho, fuentes de Cambio Radical señalan que, tras la cumbre, Vargas Lleras podría aprovechar el impulso político para anunciar en octubre su candidatura presidencial. En este momento, su nombre ya está siendo promovido activamente a través de campañas en redes sociales y estrategias de posicionamiento digital. Aunque el exvicepresidente ha atravesado por problemas de salud que lo obligan a viajar con frecuencia a Estados Unidos, allegados confirman que ya está de regreso en el país y con intenciones claras de participar en la contienda electoral.
Por el lado del uribismo, la estrategia ya está en marcha. Álvaro Uribe aceptó ocupar el renglón número 25 de la lista cerrada al Senado, con la intención de fortalecer la presencia del Centro Democrático en el Congreso, después de la pérdida significativa de curules en 2022. Además, el partido viene realizando foros semanales en diferentes ciudades del país, donde busca reconectar con las bases sociales y recoger propuestas temáticas. El próximo de estos eventos tendrá lugar el domingo 14 de septiembre en Cartagena y estará enfocado en las oportunidades y desafíos del turismo.
La cumbre también se perfila como un escenario de apertura hacia otros sectores opositores e independientes que podrían sumarse a esta coalición en construcción. El objetivo común es presentar una plataforma política con suficiente solidez para contrarrestar al Pacto Histórico, que ya prepara su propia consulta interna para el 26 de octubre, fecha en la que definirá a su candidato presidencial y ajustará sus listas legislativas.
Aunque hasta el momento ni Uribe ni Vargas Lleras han confirmado de manera explícita la intención de sellar una alianza, en sus partidos crece la presión para que se logre un acuerdo que dé una señal clara de unidad. Este eventual bloque opositor podría no solo influir en las presidenciales, sino también marcar el rumbo de las listas al Congreso y en general del mapa político del país para los próximos años.
Con este movimiento, la oposición busca capitalizar el descontento ciudadano frente a algunos aspectos de la gestión del actual gobierno, como el manejo de la economía, la inseguridad y las reformas sociales, temas que muy probablemente estarán en el centro del debate electoral. El pulso apenas comienza, y las próximas semanas serán determinantes para definir si se concreta una alianza entre estas dos fuerzas políticas tradicionales o si, por el contrario, optan por competir por separado en 2026.