Protestas de los jóvenes en Marruecos se saldan con 2 muertos, 300 heridos y 400 detenciones
Las protestas protagonizadas por jóvenes marroquíes en los últimos días se han intensificado con un saldo estremecedor: al menos dos personas muertas, cerca de 300 heridas y más de 400 detenidos, en medio de enfrentamientos con las fuerzas de seguridad del país.
El epicentro de la violencia ha sido la localidad de Laqliaa, en el sur de Marruecos, donde el intento de asalto contra un puesto de la Gendarmería Real escaló hasta el uso de fuego letal por parte de los efectivos de seguridad. Las autoridades afirman que los manifestantes intentaron apropiarse de armas y municiones durante el ataque.
Los jóvenes movilizados pertenecen en gran parte a la llamada generación Z y operan a través de organizaciones anónimas como GENZ212, que ha coordinado protestas en ciudades como Casablanca, Rabat, Agadir, Salé y Tarudant, entre otras. Estas manifestaciones, inicialmente convocadas por redes sociales, han escalado hacia bloqueos de calles, quema de objetos y enfrentamientos con la Policía.
El detonante de las protestas fue la sospechosa muerte de ocho mujeres embarazadas en el hospital Hassan II de Agadir, lo que despertó una ola de indignación. Muchas voces acusan deficiencias graves en el sistema de salud, especialmente en la atención materna, y convocan a reformas profundas en sanidad, educación y transparencia institucional.
En cuanto a los heridos, no hay una cifra oficial única, pero informes locales estiman que alrededor de 300 personas han sufrido contusiones, golpes y heridas ligadas al uso de gases lacrimógenos y fuerza policial.
Las más de 400 detenciones reportadas han sido motivo de alerta por organizaciones internacionales de Derechos Humanos, que exigen el cese de la represión y que se respeten los derechos de los manifestantes pacíficos. Algunos medios locales advierten que las fiscalías marroquíes podrían imponer sanciones severas a los arrestados, incluso penas extremas.
Este episodio supone una de las crisis sociales más graves de Marruecos en años recientes, despertando ecos del movimiento del Rif y generando temor por una escalada más amplia.