El jefe del sector central de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, Gregory Bovino, lanzó una dura advertencia durante una entrevista con CNN, asegurando que quienes se interpongan en las operaciones migratorias o agredan a los agentes enfrentarán la cárcel, sin importar su nacionalidad o estatus legal.
Bovino, quien ha ganado notoriedad por su postura firme frente a la migración irregular, señaló que los agentes han sido víctimas de “docenas y docenas de agresiones” durante los últimos operativos. Por ello, afirmó que no dudarán en responder con toda la fuerza de la ley, incluso si los implicados son ciudadanos estadounidenses.
“Las personas pueden criticar nuestras acciones, pero no tienen idea de lo que significa ser parte de las fuerzas del orden. Nuestros oficiales actúan de manera legal y ética”, enfatizó.
El funcionario también indicó que los operativos continuarán con firmeza en ciudades como Los Ángeles y Chicago, y que cualquier persona arrestada será procesada bajo cargos de agresión si intenta obstaculizar la labor de los agentes. Además, advirtió que la resistencia a la autoridad podría implicar el uso de la fuerza, mencionando como ejemplo la posibilidad de romper ventanillas de autos para realizar detenciones.
Durante la entrevista, Bovino reiteró su compromiso con la misión de la Patrulla Fronteriza y sostuvo que quienes se interpongan en su camino “no terminarán bien”, dejando claro que no habrá concesiones frente a las políticas migratorias.
¿Quién es Gregory Bovino?
Originario de Carolina del Norte, Gregory Bovino ingresó a la Patrulla Fronteriza en 1996 y desde entonces ha desarrollado una extensa trayectoria en Washington, Nueva Orleans, Honduras y África. Actualmente, es considerado una de las figuras más visibles dentro del cuerpo de seguridad y uno de los principales defensores de las políticas migratorias impulsadas durante el gobierno de Donald Trump.
Con sus declaraciones, Bovino reafirma el tono duro y sin concesiones que caracteriza la estrategia de la Patrulla Fronteriza frente a los flujos migratorios, en un contexto donde las tensiones entre las autoridades y los defensores de los derechos humanos siguen en aumento.







