El esperado estreno del yate de lujo Dolce Vento terminó en tragedia marítima en cuestión de minutos. La embarcación, valuada en casi un millón de dólares y considerada una joya de la ingeniería naval, se hundió el pasado 2 de septiembre frente a las costas de Eregli, Turquía, apenas 15 minutos después de zarpar en su primer viaje.
Testigos del hecho grabaron las impactantes imágenes en las que se observa cómo el lujoso yate pierde estabilidad, se inclina peligrosamente y, en cuestión de instantes, queda completamente volcado sobre el agua. Lo que debía ser un día de celebración y estreno para el propietario terminó convertido en un episodio de angustia y desconcierto.
A bordo se encontraban el capitán, el dueño de la embarcación y dos tripulantes, quienes lograron ponerse a salvo antes de que el yate desapareciera bajo la superficie. Ninguno de ellos resultó herido, aunque se reportaron momentos de pánico mientras intentaban escapar del naufragio.
Las autoridades marítimas turcas iniciaron de inmediato una investigación para esclarecer las causas del accidente. Entre las hipótesis preliminares se estudia si hubo un error de diseño en la estructura de la nave, fallas técnicas durante la navegación o posibles sobrecargas que comprometieron su estabilidad.
El hundimiento del Dolce Vento, un barco que prometía lujo y sofisticación, deja interrogantes sobre las medidas de seguridad en embarcaciones de alta gama y se suma a la lista de accidentes que muestran cómo, incluso en el mar, el lujo no siempre garantiza seguridad.