El huracán Melissa, considerado ya como el fenómeno más destructivo que ha golpeado a Jamaica en lo que va del siglo, comenzó su paso hacia Cuba tras dejar una estela de destrucción, al menos siete personas fallecidas y más de un millón y medio de afectados en el Caribe, según estimaciones de la Federación Internacional de la Cruz Roja.
El poderoso ciclón tocó tierra el martes al mediodía en la costa suroeste de Jamaica, cerca de Westmoreland, como un huracán de categoría 5 con vientos sostenidos cercanos a los 300 km/h. Horas después, el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos informó que Melissa perdió algo de fuerza al desplazarse hacia el norte, degradándose a categoría 3, aunque aún representa una amenaza extremadamente peligrosa para la región.
Destrucción y emergencia nacional en Jamaica
El primer ministro de Jamaica, Andrew Holness, declaró al país como “zona catastrófica” tras el impacto del fenómeno. Más de 240.000 personas permanecen sin electricidad, varias carreteras están bloqueadas y hospitales han sufrido daños estructurales, según la Compañía de Servicios Públicos de Jamaica (JPS).
El ministro de Desarrollo Comunitario, Desmond McKenzie, confirmó que más de 6.000 personas han sido evacuadas a los 800 refugios habilitados en todo el territorio, donde reciben asistencia humanitaria. “Seguimos respondiendo y trabajando sin descanso para restablecer los servicios básicos”, indicó el presidente de la JPS, Hugh Grant, desde el Centro Nacional de Operaciones de Emergencia en New Kingston.
En respuesta a la emergencia, el Gobierno de Puerto Rico lanzó el programa “Puerto Rico abraza a Jamaica”, una iniciativa de apoyo humanitario para los damnificados. “Sabemos lo que significa reconstruir tras la devastación; hoy extendemos nuestros brazos a Jamaica con solidaridad y esperanza”, expresó la gobernadora Jenniffer González.
Camino hacia Cuba y alerta regional
Según el NHC, el ojo del huracán abandonó el territorio jamaiquino por la costa norte y se dirige ahora hacia las provincias orientales de Cuba, entre ellas Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo, donde el Instituto de Meteorología (Insmet) ya ha emitido alertas por fuertes vientos, marejadas e intensas lluvias.
El organismo estadounidense insistió en que, pese a su debilitamiento, Melissa continúa siendo “un fenómeno extremadamente peligroso y potencialmente mortal”. Las autoridades cubanas han activado planes de emergencia ante la inminente llegada del huracán, prevista para la madrugada del miércoles.
Alerta internacional y respuesta humanitaria
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) advirtió sobre una posible crisis humanitaria en Jamaica, anticipando una ola de desplazamientos internos. “Muchas personas tendrán que abandonar sus hogares y necesitarán refugio y asistencia urgente”, señaló Natasha Greaves, responsable de la OIM en el país.
Por su parte, el portavoz de la Oficina de Coordinación Humanitaria de la ONU, Jens Laerke, aseguró que la prioridad será “salvar vidas, garantizar alimentos, agua potable, refugios y atención médica”, y que la ONU “acompañará al pueblo jamaiquino en la etapa de reconstrucción”.
Mientras tanto, Estados Unidos movilizó parte de su flota desplegada en el Caribe —incluidos buques de guerra y cazas F-35— ante el desplazamiento del ciclón. La embajadora de Colombia en Jamaica, Emiliana Lucía Bernard Stephenson, confirmó que entre 280 y 300 colombianos residen actualmente en la isla, la mayoría trabajadores del sector hotelero y turístico, quienes se encuentran “resguardados siguiendo las instrucciones del gobierno local”.
El Centro Nacional de Huracanes reiteró su llamado a la población en áreas de riesgo: “¡Cúbranse ahora!”, instando a evitar salir, conducir por zonas inundadas o acercarse a estructuras inestables.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) advirtió que Melissa podría ser el huracán más fuerte que ha azotado Jamaica en lo que va del siglo XXI, superando incluso los registros de los últimos veinte años.
Mientras el ciclón se aleja de la isla, la devastación en Jamaica deja un panorama sombrío de pérdidas humanas, daños materiales y desplazamientos masivos, al tiempo que el Caribe entero se prepara para enfrentar el avance del fenómeno hacia Cuba y las Bahamas en las próximas horas.







