China ha dado un paso sin precedentes en el campo de la biotecnología al desarrollar robots humanoides capaces de gestar y dar a luz bebés. El proyecto, que combina ingeniería robótica avanzada y biología reproductiva, busca crear una máquina con apariencia humana dotada de un útero artificial que replique de manera exacta las condiciones de un embarazo natural, según reveló El Español.
El dispositivo, ubicado en el abdomen del humanoide, consistiría en una cápsula que alberga al embrión, donde recibiría nutrientes, oxígeno y cuidados similares a los que proporciona una placenta humana. Todo el proceso estaría monitoreado en tiempo real por sistemas de inteligencia artificial capaces de regular temperatura, presión y flujo de nutrientes para garantizar un desarrollo estable del feto.
De acuerdo con el doctor Qifeng, uno de los investigadores principales, la tecnología del útero artificial ya se encuentra en una fase madura. El siguiente paso, afirma, será sincronizar la interacción entre el humanoide y un ser humano real, con el fin de alcanzar una gestación completamente viable dentro del robot.
A diferencia de una incubadora tradicional, este prototipo está diseñado para replicar las 40 semanas de embarazo y hasta simular el proceso de parto. “No se trata de una simple máquina, sino de un humanoide con la capacidad de reproducir los trimestres del embarazo natural”, explicó Qifeng en declaraciones recogidas por La Razón.
El proyecto ha desatado una tormenta de debate ético y moral en redes sociales. Miles de usuarios expresaron su preocupación ante lo que consideran una invasión tecnológica en los procesos biológicos humanos. Algunos calificaron el invento como “antinatural” o incluso “cruel”, al imaginar un nacimiento sin vínculo materno. “¿De dónde provienen los óvulos?”, se preguntan críticos del avance, citados por 20 Minutos.
Sin embargo, hay quienes celebran la innovación como una esperanza para quienes enfrentan problemas de fertilidad. “Por fin las mujeres no tendrían que sufrir durante el embarazo”, comentó una usuaria, mientras otros destacaron el costo accesible del procedimiento, que rondaría los 14.000 dólares, frente a los 100.000 o 200.000 dólares de la gestación subrogada tradicional.
Pese al entusiasmo científico, persisten incógnitas técnicas y legales sobre cómo se produciría la fecundación y la implantación del embrión. Aún no está claro si las leyes internacionales permitirían experimentos de este tipo, que muchos consideran propios de la ciencia ficción.
Por ahora, el mundo observa con asombro y cautela cómo China podría estar abriendo la puerta a una nueva era en la reproducción humana, donde la línea entre lo natural y lo artificial parece cada vez más difusa.







