El objeto interestelar 3I Atlas, uno de los más comentados de los últimos años, vuelve a ser noticia tras la confirmación de su verdadera naturaleza. Aunque se trata apenas del tercer objeto interestelar registrado por la humanidad, su hallazgo generó un torbellino de dudas y especulaciones que, durante meses, alimentaron teorías sobre un posible primer contacto con vida inteligente fuera de la Tierra.
3I Atlas fue descubierto el 1 de julio de 2025 por el sistema de telescopios ATLAS (Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System), ubicados en Chile. Desde ese día, agencias espaciales de todo el mundo —incluyendo la NASA— hicieron seguimiento constante a sus movimientos y características. Sin embargo, la suspensión repentina de los reportes diarios, justificada por “falta de presupuesto”, despertó sospechas en millones de personas, que consideraron insuficiente la explicación oficial.
Pese a las teorías que lo rodeaban, en los últimos días varios astrónomos lograron establecer que el 3I Atlas es un cometa natural, aunque con propiedades que lo hacen excepcional. El NOIRLab (Laboratorio Nacional de Investigación de Astronomía Óptica-Infrarroja) confirmó que su brillo, estructura y comportamiento coinciden con lo esperado para un cometa, aunque presentan variaciones significativas que pueden ofrecer información valiosa sobre sistemas planetarios formados mucho antes que el nuestro.
Una trayectoria y velocidad fuera de lo común
Los científicos explicaron que el objeto viaja a una velocidad aproximada de 60 kilómetros por segundo, muy por encima de lo usual para cuerpos similares. Además, su ruta es hiperbólica: no orbita el Sol, sino que entra en el sistema solar, se aproxima a la estrella, la rodea y luego se aleja definitivamente. Después de su punto de mayor acercamiento, previsto para el 19 de diciembre, el 3I Atlas abandonará la galaxia y no volverá a ser observado.
¿Por qué surgieron teorías sobre señales extraterrestres?
Gran parte de las especulaciones se originaron en la variación irregular de su brillo, que algunos interpretaron como un supuesto mensaje inteligente. No obstante, los expertos aclararon que estas fluctuaciones se deben a la sublimación de materiales volátiles como agua, metano y amoníaco, que al calentarse por la radiación solar expulsan chorros de gas y polvo que alteran la luminosidad del cometa.
Científicos disidentes mantienen dudas
Aunque la explicación científica ha sido ampliamente aceptada, no todos los especialistas están convencidos. El astrofísico teórico Avi Loeb, profesor de Harvard conocido por sus posturas críticas, aseguró ante medios estadounidenses que la NASA podría estar ocultando información clave. Según sus cálculos, un cometa de esa naturaleza debería haberse fragmentado en al menos 16 partes; al no ocurrir, considera que se deberían contemplar hipótesis alternativas, incluida la posibilidad de que se trate de una sonda construida por una civilización extraterrestre.
A pesar de estas visiones contrapuestas, la comunidad científica sostiene que el 3I Atlas representa un caso extraordinario que ampliará el conocimiento sobre los objetos interestelares, sus trayectorias y su origen, sin necesidad de recurrir —por ahora— a teorías más allá de la ciencia establecida.







